Fotos de Ana Frank tomadas en un fotomatón.

Es difícil encontrar a alguien que no sepa que libre es este, tal es su importancia histórica. No porque nos muestra estadísticas y hechos de los que nunca hemos oído hablar, pero porque nos da a conocer la perspectiva de una adolescente que tuvo que cambiar toda su vida para intentar sobrevivir.

Fotografía: @littleliterature_ (vía Instagram)

Entramos en la vida de Ana en 12 de junio de 1942, cuando la niña tenía 13 años y vivía en Ámsterdam. Estamos en la Segunda Guerra Mundial y la persecución nazi en este país sucede a cada día con más frecuencia. Durante más de 2 años, acompañamos los pensamientos de Ana, mientras vivía escondida en un ático, juntamente con toda su familia.

Por increíble que nos parezca, y tal vez al contrario de lo que inicialmente asumiríamos, los pensamientos de la niña van mucho más allá de la situación en que se encuentra. Ana Frank continuó a preocuparse con las discusiones de la familia, las pasiones típicas de la edad, la necesidad de ser reconocida como una mujer. Esta es una de las más grandes sorpresas del libro, la capacidad que ella tiene de escribir de una forma tan introspectiva sobre las situaciones del cuotidiano, sobre ella misma, sobre su familia y sobre el mundo, aun sabiendo que, afuera, todo era caos.

“El Diario de Ana Frank” es una historia de una niña a quien se le retira la oportunidad de vivir una adolescencia “normal”: ir a la escuela, conversar con sus amigas o cenar tranquilamente con su familia. Ana Frank nunca debería haber tenido su vida marcada por la incertidumbre, la guerra y el mal. Su vida nunca debería haber sido tan corta.

Un libro obligatorio que nos recuerda el pasado, para que nunca se repita. “El Diario de Ana Frank” es nuestra nueva sugerencia del Club de Lectura de Josefinas.

Si ya leíste el relato de Ana Frank, comparte con nosotras lo que piensas, usando #JosefinasBookClub en Instagram. ¡Buenas lecturas!