Fotografía: Instagram @itsjesslouise

Esto no es una novela, pero tampoco encaja en el clásico misterio policial... Es, de hecho, un relato conmovedor e intrigante que combina lo mejor de ambos mundos.

Maud es una octogenaria que está convencida de que su amiga ha desaparecido, pero nadie parece creerle. A los 80 años, Maud ve sus recuerdos desaparecer e intenta desentrañar el misterio de la desaparición de su amiga. Pero, ¿cómo se descubre un misterio si no se tiene la capacidad de memorizar?

Por toda la casa de Maud hay papeles–o memorandos–que la ayudan a combatir la gradual, pero inevitable, pérdida de lucidez. Por mucho que se esfuerce, Maud no puede desentrañar la trama de la desaparición de su amiga.

Y es así, en una amalgama de memorias, con constantes escenas retrospectivas y pasos adelante, vamos siendo conducidas por las memorias (o lo que queda de ellas), y somos asolados por la melancolía, la nostalgia y la tristeza de una vida que no somos capaces de descubrir.

AA pesar de ser una lectura fácil, en el sentido en que podemos leer de una sentada, envueltos en la dulce melancolía de la vejez, Elizabeth Ha Desaparecido es una historia conmovedora y emotiva. Una forma de recordar la importancia de cuidar a los ancianos. De forma misteriosa e intrigante, con altibajos, vamos a ser arrastrados por Emma Healey en una extraordinaria montaña rusa de sentimientos.

Fotografía: Instagram @theheartofbookclubbing

Leer este libro es adquirir conciencia de la perecibilidad de la vida y de la salud mental, un libro que nos sacude y conmueve, una historia sobre el amor y amar, en su esencia.

¡Con la llegada de octubre y los días fríos, nada mejor que agarrar este romance asombroso y dejar que sea nuestra compañía en una tarde perezosa en el sofá, con una manta y un té caliente–y tiempo para reflexionar, después!

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